Usualmente, los trabajadores agrícolas de Nevada tienen trabajos estacionales, muchas veces, sin seguro médico ni licencia por enfermedad, lo que ha creado una tensión adicional para esta comunidad durante la pandemia.
La reportera Natalie Van Hoozer habló con Cecilia Alonso, de la Nevada Human Development Corporation, o la corporación de desarrollo humano de Nevada, en Fallon, para saber más.
Natalie Van Hoozer: Cecilia, ¿puedes explicar un poco sobre tu trabajo y cómo ayudas a los campesinos que trabajan en agricultura?
Cecilia Alonso: Muchas veces el trabajo en la agricultura es temporal y para un individuo que trabaja en el campo, aparte de que las horas son largas, el trabajo es pesado, también no hay beneficios, por ejemplo seguro médico. Nuestro punto de ayudar a esas personas a encontrar un mejor trabajo donde no solamente puedan ganar más dinero, sino también tener acceso a otros beneficios que no han tenido.
Lo que nosotros hacemos es proveer asistencia con empleo y entrenamiento, ayudamos a los individuos también con apoyo de asistencia de renta, utilidades o comida. Pero también ayudamos a los hijos de los campesinos con asistencia cuando van al colegio, por ejemplo, a pagar los libros, transporte si es que viven en una zona rural, como Yerington. Podemos ayudar con el proceso de mudarse a Carson City o Reno. Esta es la meta para nosotros, ayudar a las personas a sobresalir para que en el futuro puedan tener la oportunidad de comprar una casa, pagar la colegiatura, para que puedan salir adelante.
Van Hoozer: Y con eso, ¿puedes explicar un poco quién califica para el programa y quién no?
Alonso: Como es parte del programa nacional de trabajos de agricultura, las personas tienen que haber trabajado en el campo en los últimos dos años. Sería en un rancho, lechería, o compañía que procesa comida que es temporal, como procesadoras de carne. Otra cosa para poder calificar al programa es tener bajos ingresos, si sus hijos reciben lonche gratis en el colegio, eso lo califica como bajos ingresos.
Además la persona que está en el programa tiene que tener el derecho a trabajar legalmente en los Estados Unidos. Si usted tiene DACA, puede calificar, pero si no tiene papeles y su esposa tiene permiso para trabajar legalmente, pero ella no trabaja en el campo, ella igualmente podría calificar al programa por medio de usted. Igualmente sus hijos podrían calificar por medio de usted. La persona que está trabajando en la agricultura no necesariamente tiene que tener estatus legal en los Estados Unidos.
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Van Hoozer: No puedes ayudar a la gente indocumentada directamente, ¿pero cuáles son las organizaciones en la comunidad que pueden ayudar a esta población?
Alonso: Siento decir que no tengo el nombre de una agencia que pueda ayudarles. Realmente no hay una agencia que pueda hacer eso. La asistencia es muy poca. Usualmente la gente que no tiene papeles legales van mucho a las iglesias católicas locales que brindan ayuda a cualquier persona.
Van Hoozer: ¿Cuáles son algunos de los retos más comunes que has visto para esta comunidad durante la pandemia?
Alonso: No hay suficientes recursos para la comunidad, sea de comida o asistencia para sostenerse mientras tienen que faltar días de trabajo, y menos si es que la persona es indocumentada. Usualmente, a la gente que trabaja en el campo no les dan tiempo de enfermedad y vacaciones. Si alguien está enfermo, no puede ir a trabajar y eso significa que no tendrá dinero para sostener su hogar. Esto obliga a la gente a ir a trabajar si no se siente bien.
Van Hoozer: ¿Cómo ha sido para ti? ¿Cómo has pasado durante este año de pandemia?
Alonso: Es difícil aceptar que la gente fallece y sufre y es mi trabajo ayudar a la gente a recoger esos pedacitos de sus vidas y ayudarlos a seguir adelante con una cosa u otra, que sea más bien financiera. Un cliente se murió de COVID-19, y después la familia quedó muy necesitada porque el señor era el padre de la familia. Hay mucha gente batallando, hay mucha gente sufriendo. Sigo adelante porque tengo que ayudar a más personas.
Van Hoozer: ¿Cuáles son algunos de los impactos, quizás no tan obvios, de la pandemia para esta comunidad, sus familias e hijos?
Alonso: Los hijos que están sufriendo. Hemos visto que a algunos muchachos se les quita el interés de la escuela por lo que están batallando, especialmente en áreas rurales donde la conexión no es buena y son forzados a que tienen que trabajar para ayudar a las familias.
Muchachitos de la preparatoria que entran al trabajo para ayudar a sus familias que están batallando realmente con sus ingresos porque el papá se enferma, o porque cortan horas en el trabajo debido a la pandemia. Especialmente en la comunidad inmigrante, que no califica para el desempleo.
Los que sufren muchas veces son los hijos, porque son jóvenes y tienen que asumir la responsabilidad de asistir a sus padres. Y esto es porque no hay suficientes recursos para la comunidad hispana y la comunidad inmigrante en el Norte de Nevada. En la noche pienso en que tengo hijos de esa edad. Tengo un hijo de 16 años y uno de 19 años. Estoy pensando en si ellos tuvieran ese cargo tan grande de ayudar a su familia. Este es el problema, eso es lo que queremos evitar, que los muchachos tengan que perder sus estudios para poder apoyar a la familia.
Van Hoozer: ¿Cuál es tu conexión con esta comunidad de trabajadores de agricultura? ¿Tienes una conexión personal?
Alonso: Mi papá y mamá emigraron a los Estados Unidos en los años 80, ellos trabajaban en el campo en Escondido [California]. Cuando veo a un algún señor en el campo siempre me acuerdo de mi papá y en lo que ha batallado. Eso es lo que me conecta a mí con la comunidad del campo, pero también es que yo puedo hablar español. Desafortunadamente en las zonas rurales no hay mucha gente que hable español en lugares como la oficina del desempleo, el DMV, la oficina del “welfare” u otros lugares que son esenciales para esta comunidad latina. Esto me conecta con la comunidad latina, no simplemente la gente que trabaja en el campo, pero con la comunidad hispana.
Esta historia fue producida en asociación con Noticiero Móvil. La periodista María Loreto Palma de Noticiero Móvil ayudó a adaptar esta historia en español para la web.