Ningún nombre es más sinónimo con la veta de Comstock (conocida en inglés como Comstock Lode) que el de John Mackey. Trabajador y empeñoso, Mackey se hizo fabulosamente rico con la legendaria plata de Comstock, y se convirtió en un mito de la historia de Nevada. El legado de Mackey como minero y filántropo es tan grande que todos los años los estudiantes de la Universidad de Nevada, Reno, rinden homenaje con botellas de licor a una estatua suya, durante la semana de los exámenes finales.
Sin embargo, antes de hacerse rico, Mackey no era más que un minero y (quizás) un carpintero que trabajaba en uno de los primeros yacimientos que tuvieron éxito en la veta de Comstock: la mina mexicana.
El legado de Comstock Lode es ampliamente conocido en Nevada, pero las historias de los mineros latinos que ayudaron a sentar las bases de este éxito de la región no lo son. Sin embargo, una amplia investigación sobre la historia de los latinos de Comstock realizada y presentada por el Programa de Historia Compartida de la Facultad de Artes Liberales, ha comenzado a develar el importante rol que cumplieron estos mineros en la historia de Comstock.
Lea este artículo en inglés: The lives and legacy of the Latino Comstock miners
Un éxito temprano y la base de la riqueza
Comstock Lode es uno de los yacimientos de plata más ricos de la historia, que convirtió a los mineros en multimillonarios y financió el desarrollo de lugares como Nevada y San Francisco. Entre 1873 y 1992, Mackey’s Consolidated Virginia Mining Co. extrajo mineral avaluado en US$2,300 millones en la actualidad.
Sin embargo, la experiencia técnica necesaria para hacer rentable la extracción de plata provino de los mineros latinos.
“[Virginia City] era una caldera de nuevas técnicas y tecnologías”, dijo sobre aquellos tiempos el Dr. Christopher von Nagy, director del Programa de Historia Compartida de la Universidad de Nevada, Reno, “pero se construyó sobre los fundamentos de la minería latinoamericana”.
Los primeros mineros de la región no tenían experiencia en la extracción de plata y no sabían cómo separarla de los metales circundantes. Sin embargo, los mineros latinos que venían de California conocían bien un proceso de molienda de la plata que data de siglos de antigüedad: el llamado proceso de patio, que permitía extraer la plata pura de los depósitos minerales de Comstock. Utilizando pesadas ruedas de piedra llamadas arrastras, luz solar, mercurio y hornos de adobe, los mineros de Comstock hicieron uso de una lenta pero rentable técnica minera latinoamericana.
“Sin utilizar el proceso de patio, ¿por qué ir a Virginia City? Empezaron a producir oro y a producir plata y la gente dijo: ‘hmmm, vale'”, continuó von Nagy sobre las nuevas técnicas traídas por los latinos que también atrajeron a otras personas a las minas.
Aunque el proceso de patio fue demasiado lento para ser sostenible en última instancia, el hecho de que los buscadores de plata obtuvieron ganancias, permitió que Virginia City se convirtiera en un centro minero. Cuando surgió el tecnológicamente superior proceso de molienda de la plata de Washoe, este se basó en los fundamentos del proceso de patio aportados por los mineros latinos.
“Una vez que hay mucha gente y existe este deseo de impulsar la producción, las personas comienzan a experimentar con innovaciones en el proceso del patio“, dijo von Nagy.
“Si no fuera porque los mineros latinos subieron y le mostraron a los mineros anglosajones este proceso, estos últimos no habrían tenido la capacidad de sacar el material de la tierra en cantidades necesarias para atraer a la población”, dijo DT Burns, curador invitado asociado de la exposición de mineros latinos. “Al atraer tales personas, pudimos conseguir una población lo suficientemente alta como para que [Nevada] se convirtiera en territorio y en estado”.
Los legendarios y misteriosos hermanos Maldonado
En la primera época de Comstock, los mineros latinos no sólo prestaron sus conocimientos al trabajo de otros, sino que también encontraron el éxito ellos mismos.
Cabe destacar a los hermanos Maldonado, Gabriel y Francisco, propietarios de la mina mexicana en la bonanza de Ophir de Comstock. Se sabe muy poco sobre estos hermanos, pero se cree que fueron una de las figuras más importantes e influyentes de los primeros años de Comstock.
“A finales de 1850 y principios de 1860, los hermanos Maldonado fueron los que le mostraron gran parte de su metodología a Henry Comstock para poner en marcha las cosas”, dijo Burns. “También supimos que contrataron a nuestro famosísimo John Mackey y que este aprendió gran parte de su experiencia de los hermanos Maldonado”.
Según Burns, los Maldonados explotaban su mina de forma tradicional, utilizando un sistema conocido como el sistema del rato. Este sistema de explotación minera se conoce a veces como “rathole”, un término ocasionalmente despectivo que proviene de una traducción mal hecha del español.
Utilizando el proceso de patio y el sistema del rato, la mina mexicana de los Maldonado fue una de las minas de plata de mayor producción durante los primeros años de la veta de Comstock. Sin embargo, eventuales problemas legales y robos internos obligaron a los Maldonados a vender la mina y abandonar la zona.
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“Uno de sus empleados les robó un montón de mineral y tuvieron que vender la mina”, dijo la curadora de la exposición mineros latinos, Mariah Mena.
Sin embargo, el legado de la mina mexicana no termina con los Maldonado.
“Más adelante en la historia, John Mackey compró una mina justo al norte de donde ellos estaban excavando y terminó llamándola ‘la mina mexicana’ en honor a que [los Maldonados] llamaban a su mina la mexicana”, dijo Burns.
¿A dónde fueron, qué no sabemos?
Todavía hay mucho que investigar sobre cómo era la sociedad para los latinos que vivieron en Virginia City durante la fiebre de la plata. El auge minero en Nevada se produjo al mismo tiempo que la segunda intervención francesa en México, y los mexicanos que vivían en Estados Unidos, crearon clubes sociales para apoyar la resistencia a los franceses. Estos clubes son uno de los pocos indicios de cómo eran las actividades sociales de la población latina de la zona.
“Sabemos que tenían un importante centro comunitario en lo que ahora es la parte norte de la ciudad de Virginia, que habría estado junto a la mina […] La ciudad de Virginia tenía uno de los más grandes del país”, señaló von Nagy.
Afortunadamente, al ser uno de los clubes mexicanos más grandes del país, el equipo de la Universidad de Nevada, Reno, pudo averiguar algunos detalles adicionales sobre estos.
“Un documento que encontré decía que había 870 miembros solo en la región de Virginia City, Silver City y Gold Hill”, comentó Mena sobre los otros dos pueblos vecinos.
La existencia de un club social así de grande da a entender que se subestimó la importancia de la población latina en la ciudad. Los clubes sociales eran centros de promoción del patriotismo mexicano, y este fervor se extendía durante las fiestas.
“Los periódicos hablaban de las celebraciones del Cinco de Mayo, cuando [México] derrotó a los franceses y del Día de la Independencia de México. Hay cosas en los periódicos que hablan de desfiles, como los de Navidad”, agregó Mena.
Sin embargo, los vestigios de esta comunidad son difíciles de encontrar, lo que hace que desaparezcan casi por completo de la historia de Comstock.
“Mucha gente [al hablar de la historia de la región] se refiere a la población hispana como si no hubiera contribuido mucho a la zona, y eso es un gran error”, dijo Burns.
Por supuesto, la población latina de la ciudad no sólo se dedicaba a la minería.
“Lo más sorprendente fue la gran variedad de trabajos”, dijo Mena. “Había de todo, desde arrieros hasta buscadores de mineral, músicos, costureras, dueños de bares, prácticamente todo lo que puedas imaginar”.
Uno de los principales factores que contribuyeron a la falta de evidencia de la comunidad latina en Virginia City fue el gran incendio de 1875, que destruyó el extremo norte de la ciudad donde residía la comunidad latina.
“Existe este enorme aporte […] el público en general no lo conoce y no es algo que se hable mucho en Nevada”, dijo von Nagy. “Había un edificio asociado al club patriótico, pero ya no está allí”.
La exposición de los mineros latinos del Programa de Historia Compartida está disponible para el público en la sala Lincoln. La exposición cuenta con 25 paneles y se presenta tanto en inglés como en español, con un enfoque de accesibilidad.
Esta historia fue escrita por Vincent Rendon y fue compartida con Noticiero Móvil en su versión adaptada al español.