Cuando la pandemia obligó a la mayoría de la población a permanecer en sus casas por su seguridad, muchas personas descubrieron que sus residencias eran incluso más peligrosas que estar afuera.
Desde que el virus de la COVID-19 comenzó a propagarse hace un año, los mandatos para quedarse en casa se establecieron en muchos municipios. El objetivo era evitar que el número de personas infectadas aumentará. Sin embargo, una estadística alarmante de este esfuerzo fue que al tratar de proteger a los residentes de esta enfermedad, muchos continuaron siendo víctimas de violencia entre parejas íntimas, conocido en inglés como “intimate partner violence” (o IPV, por sus siglas).
Fundado por Joni Kaiser en 1977, el Centro de Recursos para la Violencia Doméstica en Reno (DVRC, por sus siglas en inglés), anteriormente conocido como Comité de Ayuda a las Mujeres Maltratadas, realiza un seguimiento de los casos de IPV en la región. En este último año, la organización continuó ayudando a las víctimas después de estas situaciones violentas.
Según Tu Casa Latina, otra organización comunitaria en Reno, el estado de Nevada ocupa el puesto número cinco en los EE.UU. por la cantidad de mujeres que mueren a manos de hombres. Un gran porcentaje de estos asesinatos son causados por parejas íntimas.
Alyssa Ropell, una coordinadora de desarrollo en el DVRC, afirmó que la organización está ahí para ayudar, pero hay casos en los que eso ha sido un desafío para ellos y las víctimas. Para los hombres y mujeres de la comunidad Latina, ponerse en contacto con la organización de manera segura, así como los desafíos con su estatus ilegal, hace que sea más difícil recibir la ayuda adecuada.
“Desafortunadamente, los abusadores usan el estatus legal de las víctimas en su contra y las amenazan con la deportación, por lo que la única calificación para recibir servicios es que el individuo o la familia se identifique como víctima de violencia doméstica”, dijo Ropell en una entrevista.
Cada año, una de cada cuatro mujeres y uno de cada diez hombres son víctimas de la violencia doméstica según The New England Journal of Medicine. Esta violencia no es necesariamente abuso físico, sino también financiero, emocional, digital y mental.
Algunos estados y sus centros de recursos sobre violencia doméstica estaban preparados para ver un aumento en la cantidad de personas que se comunican con sus oficinas durante los cierres. Pero The New England Journal of Medicine dijo que “en algunas regiones, la cantidad de llamadas se redujo en más del 50 por ciento. Los expertos en el campo sabían que las tasas de violencia de género no habían disminuido, sino que las víctimas no podían conectarse de manera segura con los servicios “.
Aunque la organización DVRC está lista para proveer servicios ya sea a través de su línea directa las 24 horas o en persona, Ropell señala que las víctimas de violencia doméstica casi nunca denuncian sus casos debido al miedo y la incertidumbre con su condición de indocumentados. Sin embargo, la organización todavía trabaja para encontrar formas de ayudar a estas personas.
“Brindamos servicios legales, específicamente a través de nuestra unidad de órdenes de protección temporal”, declaró Ropell a través de Zoom. “No podemos dar ningún consejo legal, pero las personas que buscan seguridad a través de la Corte, las ayudaremos”.
Para obtener más información y cómo ayudar:
- Voluntario: https://domesticviolenceresourcecenter.org/participate/
- Donar: https://domesticviolenceresourcecenter.org/give/
- Contacto (a través de correo electrónico): https://domesticviolenceresourcecenter.org/contact-us/
- Contacto (por teléfono): 775-329-4150, línea directa las 24 horas
Este artículo fue escrito por Melanie Méndez estudiante de periodismo de la Escuela Reynolds de la Universidad de Nevada, Reno.